Tras mi paso por la escuela O’Pelouro situada en la
localidad rural de Caldelas de Tui (Pontevedra), mi manera de mirar al mundo,
de ver la educación ha dado un giro radical. Jamás hubiera pensado que
existiera una educación diferente a la educación “estándar” que se imparte en
las instituciones educativas de nuestro país.
A diferencia de otros centros escolares de España, éste,
no cuenta con un proyecto educativo concreto, no hay materias, no hay horarios,
no existen las clases magistrales. Son los niños los “jefes”, como afirmaba una
de las niñas. Ellos mismos se encargan de administrar su propio aprendizaje,
los profesores únicamente actúan como los orientadores que guían este proceso.

A la vista de los índices de fracaso escolar presentes
en las aulas de los centros educativos españoles, me doy cuenta tras visitar
esta escuela, que todavía queda esperanza y que de ninguna manera puede darse
todo por perdido. Existe otro método efectivo, diferente al de cualquier centro
ordinario, en el que hacer que el aprendizaje resulte significativo para los
niños, es posible, porque se atiende en todo momento a sus intereses y capacidades.
En O’Pelouro no existe el fracaso escolar, tanto los éxitos como los errores
son una forma valiosa de aprendizaje.
Además de ser una escuela innovadora porque utiliza un
método de enseñanza diferente a cualquier otra, lo que la caracteriza es que
ante todo es una escuela integradora en la que conviven niños con diferencias
socio-cognitivas de todo tipo: superdotados, niños que padecen síndrome de Down,
autistas, niños con TDH, entre otros. En la mayoría de sitios, a estos niños se
les separa del resto simplemente por el hecho de ser “diferentes” a los demás.
De lo que no nos damos cuenta es que son niños como los demás, y que también tienen
unas habilidades y capacidades que hay que desarrollar y potenciar.
Los niños trabajan en espacios donde se
pueden mover libremente.
En este singular colegio, unos aprenden de otros, los
niños con un desarrollo más avanzado enseñan a los que tienen más dificultades y
de esta manera, los de desarrollo más avanzado potencian sus capacidades y, al
mismo tiempo, contribuyen con el aprendizaje de aquellos a los que les cuesta
más. Pero finalmente, todos ganan.
No es suficiente con leer o escuchar sobre esto, hay que
verlo porque es realmente emocionante vivirlo en primera persona. Ver que son
capaces de muchas más cosas de las que nosotros creemos, te deja realmente sin palabras.
Visitar O’ Pelouro te hace replantearte muchas cosas y
reflexionar sobre muchas otras. Lo primero que yo pensé al salir de allí fue:
¿qué han estado haciendo conmigo todos estos años? Verdaderamente llegas a plantearte si la
educación que has recibido, la que recibes y la que recibirás en cualquier
centro ordinario, potencia tus capacidades o si por el contrario las limita.
Una experiencia como es conocer el colegio, a las
personas que conviven allí, conocer la manera en la que trabajan o como
transcurre un día normal allí, es algo que hay que vivir, de lo contrario se
pierde toda la esencia y toda la magia que lo hace especial y único.
Visita a O'Pelouro en Marzo del 2013
Para más información esta es la página web del centro: http://www.opelouro.org/
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